La sandia (Citrullus lanatus) es un melon original del Ãfrica mas meridional, cuyas pepitas se distribuyen por toda la pulpa rosacea en lugar de concentrarse en el centro. Su piel exterior es satinada y de coloracion verde y palida.
Los gastronomos sacan un provecho excelente de esta fruta, empleada tanto en postres como en entrantes en forma de sopa fria. Pese a su sabor dulzon caracteristico, combina muy bien con la sal, el queso fresco y el feta en la composicion de numerosas ensaladas. Cortada a trozos y rociada con zumo de lima constituye tambien un tentempie sano y apetecible. Curiosamente, los expertos en sales marinas de diferente composicion y de utilizacion como condimento suelen ensayar su gusto original espolvoreandolas sobre sandia. Se dice que un poco de sal y pimienta refuerzan mas aun el sabor autentico de la fruta.
Investigadores de la Universidad A&M de Texas, la universidad de Nevada y la Universidad del estado de Oklahoma han firmado en la revista Nutrition un articulo en el que presentan al zumo de sandia como una nueva y prometedora fuente natural de L-arginina, un aminoacido precursor del oxido nitrico, vasodilatador esencial en la funcion del endotelio vascular.
La L-citrulina y el Licopeno
El consumo de un vaso de zumo de sandia en cada comida y durante un periodo de tres semanas, subraya la nutricionista y directora del estudio Julie Collins (Colegio Estatal Oriental de Oklahoma), se traduce en un aumento del 18% de la sintesis de oxido nitrico, con la consiguiente disminucion de la presion sanguinea. «Estudios clinicos que habian intentado administrar L-arginina de forma oral tuvieron que interrumpirse debido a los efectos secundarios que provocaba esta forma de administracion. Con el zumo de sandia se palian las nauseas, diarreas y malestar gastrointestinal propios de la L-arginina, puesto que el aminoacido se incorpora al tracto intestinal en forma de L-citrulina, tambien aminoacido aunque de accion neutra».
Otra ventaja de la L-citrulina es que, para convertirse en L-arginina, requiere un consumo importante de amoniaco y, de este modo, beneficia tambien a pacientes con trastornos metabolicos que producen demasiado amoniaco y que aparecen como consecuencia del estres y de diversas infecciones.
Los investigadores estadounidenses reclutaron a 23 voluntarios sanos y les asignaron tres protocolos: uno sin zumo de sandia, otro con 780 g diarios de zumo y un tercero con 1.560 g (cantidades que corresponden a una ingesta exacta de 0,1 o 2 g diarios de L-citrulina). Tras tres semanas, el equipo de Collins averiguo que las dosis de L-arginina en el grupo que no consumio zumo de sandia no habian aumentado con respecto a los valores basales, aumentaron un 11% en los del grupo de 780 g y un 22% en el grupo de 1.560 g. Los niveles de ornitina, un catabolito de la L-arginina en su sintesis de oxido nitrico, tambien aumentaron un 18% en el grupo que consumio mas zumo. La duracion del ensayo se limito a tres semanas, ya que en estudios previos llevados a cabo en animales de experimentacion se observo un efecto deletereo de la L-citrulina, alterando los niveles fisiologicos de otros aminoacidos esenciales. «Sin embargo, esta alteracion no se ha constatado en la clinica humana», indica Collins. La citrulina, aminoacido presente en la corteza de la sandia, es una potencial sustancia para la exploracion de numerosas vias metabolicas del cuerpo humano relacionadas con el sistema cardiovascular. De hecho, los investigadores americanos informan de que la sandia es tambien una fuente muy rica en licopeno y que, en este sentido, esta fruta podria rivalizar con el mismisimo tomate en la prevencion del cancer de prostata.